Cuando hablamos de nuestro país, en ocasiones hacemos referencia al envejecimiento que caracteriza a nuestra población. Es algo que viene preocupando a la clase política desde hace tiempo, sobre todo porque el pago de las pensiones parece cada día más complicado. Pues bien, ¿cómo os quedaríais si os decimos que está pasando exactamente lo mismo con los coches que circulan por nuestras calles y carreteras? Sí, los vehículos de nuestra población están envejeciendo… y eso siempre suele entrañar algún tipo de problema que, aunque no sea similar al de las pensiones con las personas, sí que tenemos que resolver con urgencia.
Lo que ha venido pasando nuestras vidas desde que llegara el pasado mes de marzo ha sido digno de una película de ciencia ficción de Hollywood. La pandemia más letal del último siglo nos ha obligado a cambiar de una manera radical todos y cada uno de nuestros hábitos. Y es que no solo hemos tenido que extremar las precauciones en lo que tiene que ver con nuestra salud y en la de todas aquellas personas que están a nuestro alrededor, sino que, además, hemos tenido que adaptarnos a todos esos cambios de índole laboral y fiscal que se han ido produciendo durante todos estos meses.
Si tuviéramos que hacer una clasificación en la que tuviéramos en cuenta los productos que se elaboran en nuestro país y que son característicos del mismo, es probable que estuviéramos hablando durante mucho rato de algunos de ellos. Y es que España es una potencia gastronómica como la que no hay en el resto del mundo. Y es que mucha gente nos visita simplemente por nuestra comida y bebida. En lo relativo a esta última, el producto que más nos caracteriza es, sin lugar a dudas, el vino. Y es que somos una referencia vinícola a nivel mundial.
Un país como el nuestro debe valorar siempre los beneficios que le reporta una actividad como lo es el turismo, que desde el último cuarto del siglo XX se ha convertido en una de las grandes bazas de nuestra economía. Y es que España es un país que ha pasado de depender de la construcción a hacerlo del turismo, una actividad de la que dependen no solo muchos de los ingresos de nuestro país, sino también los puestos de trabajo de muchas personas y la capacidad de trabajo de una buena nómina de negocios que, aunque no dependen de manera directa del turismo, sí que tienen una relación indirecta con él.