España se sitúa en el puesto 16 del ránking mundial de economías exportadoras y los principales destinos en Europa de las exportaciones españolas son Francia, Alemania, Italia… Se valora que un 60 % de las mercancías españolas, como productos agrícolas, ganaderos, piezas y accesorios automovilísticos, fármacos y medicamentos, fruta, aceite de oliva, hidrocarburos, productos siderúrgicos, de construcción o cualquier otro tipo de mercancías en general, con destino a Europa son transportadas por carretera a través de la importante red de carreteras de la Comunidad Autónoma de Cataluña, lo que origina que aproximadamente unas 20.000 toneladas de mercancías con destino a la exportación se muevan diariamente por sus vías.
Nos ha tocado vivir en una época de la evolución en la que estamos viviendo grandes cambios en nuestro día a día y es que la tecnología avanza a pasos agigantados y nosotros no podemos ser ajenos a ella, dado que, si esto ocurriese, en muy poco tiempo nos quedaríamos fuera de juego y lo que es peor, fuera del mercado laboral. En la actualidad, pero ya desde los últimos años son cada vez más las empresas, con independencia de su tamaño, que están apostando de forma activa por la red y es que son conscientes de que el futuro pasa por aquí. Bien sea a corto, medio o largo plazo, pero todas y cada una de las empresas del mundo van haciendo cambios, van dando pasos para su transformación al mundo digital. Pero más allá de las compañías, la realidad es que esta transformación al mundo digital afecta a todos los sectores e instituciones del planeta y prueba de ello es que la educación actual, tal y como la conocemos ahora mismo, ya se está quedando obsoleta. Ya se estaba quedando hace unos años, pero la realidad es que ahora esta obsolescencia se ha visto acrecentada por el coronavirus.
En los últimos meses está muy en boca de todos los trabajadores uno de los temas más candentes en la actualidad y es que el registro de la jornada laboral ha llegado a nuestras vidas para quedarse. Esta práctica ya la llevaban a cabo grandes empresas desde hace años y muchos de sus trabajadores ni siquiera eran conscientes de ello puesto que este registro de jornada se podía llevar a cabo a través de las tarjetas que dan acceso a los centros de trabajo, mediante el uso de dispositivos USB o, sin ir más lejos, mediante el horario de apertura y cierre de un establecimiento. Sin embargo, el Real Decreto-ley 8/2019 de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo entró en vigor el pasado 12 de mayo de 2019 para establecer la obligatoriedad del registro de tiempos, el cual, además, se ha de conservar durante 4 años.