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Los mosquitos, transmisores del virus del Nilo

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Este año los virus están en pleno candelero de las noticias, abren los noticiarios y las primeras páginas de los medios de comunicación hablada y escrita, no solo a nivel nacional sino también internacional. Que si la pandemia provocada por un virus de la familia de los coronavirus que ocasiona la enfermedad infecciosa conocida como COVID-19, que si el virus del Nilo Occidental (WNV) ha aparecido en la Comunidad de Andalucía, causando la muerte a varias personas, y extendiéndose hacia Extremadura…

Hoy vamos a intentar conocer algo más de este virus emergente que es el del Nilo Occidental. En primer lugar, diremos que el ser humano no es el hospedador natural de este virus (perteneciente a la familia Flaviviridae, al igual que los virus del dengue, el zika o la fiebre amarilla), sino el hospedador final, eso quiere decir que el hombre se infecta, pero no propaga la infección. El principal sospechoso de transmitir la infección, según informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son los mosquitos del género Culex, en especial el Culex pipiens, siendo su picadura la forma de transmisión, ya que cuando éste pica a los seres humanos le inyecta el virus presente en sus glándulas salivares.    

Las personas que contraen este virus suelen ser en un 80 % asintomáticas o presentar síntomas muy leves, mientras que el 20 % restante puede llegar a presentar dolores de cabeza, fiebre, cansancio, dolor corporal, erupción cutánea, ganglios linfáticos inflamados, etc. Sin embargo, si el virus llega al cerebro causa una inflamación grave, como la encefalitis o la meningitis, con síntomas como desorientación, temblores, convulsiones, debilidad muscular, parálisis, coma… Las personas mayores de 50 años o con un sistema inmunitario debilitado tienen un mayor riesgo ante una picadura.

Actualmente no existen tratamientos específicos ni vacunas contra la enfermedad, por lo que la mejor manera de prevenir la infección es reducir las probabilidades de una picadura e intentar eliminar los riesgos como, por ejemplo:

  • Utilizar repelentes antimosquitos, siguiendo las indicaciones e instrucciones del fabricante sobre su modo de empleo o frecuencia de utilización. Los más recomendables son los que llevan una concentración en torno al 45 %.
  • Colocación de mosquiteras en puertas y ventanas de la vivienda para evitar que entren. Mantener, siempre que no sea necesario, las luces apagadas, ya que estas atraen los mosquitos.      
  • Utilizar ropa que cubra amplias zonas de nuestra piel (manga larga y pantalón), preferiblemente de color claro.
  • Evitar perfumes con aromas intensos, pues atraen los mosquitos.  
  • Colocación de trampas para la captura de los mosquitos. 
  • Alejarse de zonas húmedas, oscuras o depósitos de agua estancada, ya que son los lugares preferidos de los mosquitos, donde ponen sus huevos y se desarrollan las larvas. Además, en el caso de detectarlos debemos de ponernos en contacto con una empresa de control de plagas y si no conocéis ninguna, nosotros os recomendamos a empresas con amplia experiencia como Control Plag o Fumicon que se caracterizan por una rigurosa seriedad, eficacia y puntualidad en sus trabajos, especializada en fumigaciones, control de aves, desinsectación, desratización, desinfecciones, etc. 

Otras enfermedades producidas por la picadura de mosquitos 

Otras enfermedades producidas por la picadura de mosquitos de la familia Flavivirus, son:

  • Dengue. Producido por la picadura de mosquitos infectados Aedes aegypti y Aedes albopictus. Es una enfermedad endémica en más de 100 países enclavados en zonas tropicales y subtropicales, estimándose que puede llegar a causar 390 millones de infecciones al año en todo el mundo. El dengue se puede presentar con una amplia gama de manifestaciones clínicas, que van desde un estado leve hasta un estado muy grave. La Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de facilitar el reconocimiento de los signos y síntomas de alarma clasificó esta enfermedad en tres categorías: 

– Sin signos de alarma. Incluye náuseas, vómitos, dolor de cabeza, dolores musculares, oculares, erupción cutánea…

–  Con signos de alarma. Sangrado de mucosas, vómitos persistentes, letargo, inquietud…

– Grave. Dificultad respiratoria, sangrado severo, afectación de órganos, alteración de la consciencia…

– Zika. Este virus se puede transmitir al ser humano además de por la picadura de un mosquito, por transmisión sexual, por una transmisión de madre a feto, trasplante de órganos, transfusión de sangre o exposición en laboratorio. Su periodo de incubación varía entre los 2 y 14 días. La enfermedad suele ser leve y la tasa de mortalidad baja. Los pacientes infectados por este virus manifiestan una fiebre súbita asociada a una erupción cutánea, conjuntivitis, dolores articulares, problemas gastrointestinales, etc. 

– Fiebre amarilla. Esta enfermedad se multiplica en los ganglios linfáticos de la persona infectada, propagándose hacia la médula ósea, bazo, hígado… su mortalidad es elevada.

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