¿Cómo se forma un equipo de fútbol desde cero?

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Algo tiene el fútbol que a la mayoría de personas cautiva ¡eso está claro! Y es que, los deportes siempre han sido el punto fuerte de cualquier celebración o ciudad, ya que el ejercicio físico y el ambiente de competición son aspectos que complementan nuestros instintos más primarios sin lugar a dudas; sin embargo, hay un deporte que destaca notablemente entre todos: el fútbol.

Si vamos a América, descubriremos que los deportes más conocidos y apreciados, son el fútbol (balón pie) y el fútbol americano, y lo mismo pasa en Europa y en otras zonas del mundo como Asia.

Pero, ¿qué tiene este deporte, que vuelve loca de emoción a tanta gente? ¿Es el espíritu deportivo? ¿O quizá la capacidad de trabajar en equipo? Pues de eso mismo vamos a hablar en este artículo: descubriremos porqué este deporte es tan especial, y explicaremos paso a paso cómo se forma un equipo. Quizá así podremos entender qué lo hace brillar tanto en tantos países y durante tantos años.

¿Qué origen tiene el fútbol?

El origen del fútbol se remonta a épocas muy antiguas que se entrelazan con diversas culturas y civilizaciones. Aunque el deporte tal y como lo conocemos hoy en día surgió en Inglaterra en el siglo XIX, existen registros de juegos similares en la antigüedad que podrían considerarse precursores del fútbol moderno.

Algunos de ellos son:

  • Cuju” (“Tsu’Chu”).

En China, alrededor del siglo III a.C., se jugaba un deporte llamado «Cuju» (o Tsu’Chu), que consistía en patear una pelota de cuero rellena de plumas y pelos hacia una red. Se jugaba tanto de manera recreativa como militar, siendo incluso reconocido por la corte real china como un deporte para mantenerse en forma. Este es uno de los primeros registros documentados de un juego con balón similar al fútbol.

  • “Episkyros” y “Harpastum”.

Los antiguos griegos y romanos también jugaban a deportes que guardan similitudes con el fútbol. El «Episkyros» en Grecia y el «Harpastum» en Roma eran juegos de equipo en los que se utilizaba una pelota, y aunque permitían el uso de las manos, la idea central del juego era pasar el balón y superar a los oponentes. En el caso de Harpastum, se trataba de un juego de alta intensidad física y estratégica, que algunos historiadores creen que influyó en la posterior evolución del fútbol.

  • “Kemari”.

En Japón, durante la época de la dinastía Heian (794-1185), se practicaba un juego llamado «Kemari«, que consistía en mantener un balón en el aire usando los pies, pero no había competencia directa entre equipos. Era más una actividad ceremonial y de destreza que un deporte competitivo, pero demuestra cómo los juegos con balón ya formaban parte de diversas culturas.

  • Los pueblos precolombinos.

En América, varias civilizaciones como los mayas y los aztecas también jugaban a juegos con balón, como el «tlachtli«, aunque este se diferenciaba mucho del fútbol en cuanto a reglas y objetivos. Se jugaba con una pelota de goma y tenía importantes connotaciones religiosas y políticas.

Todos estos juegos que se practicaban en la antigüedad guardan relación con el fútbol tal y como lo conocemos hoy en día; digamos que la técnica se ha ido afinando y perfeccionando a lo largo de los años, hasta el deporte que practicamos en la actualidad. Además de estos ejemplos, el fútbol tuvo otras influencias que justifican el espíritu deportivo y de competición, como es el caso de los juegos en el Coliseo, en la antigua Roma; éstos eran epicentros de competiciones y batallas que congregaban a miles de personas, similar a lo que vemos hoy en día en los estadios de fútbol más emblemáticos del mundo, donde la pasión de los aficionados convierte cada partido en un espectáculo inolvidable.

Todo esto fue necesario para contribuir a la creación del fútbol moderno, tal como lo conocemos, el cual comenzó a tomar forma en las escuelas de Inglaterra durante el siglo XIX. Hasta ese momento, se practicaban diferentes formas del juego en las islas británicas, pero no existía un conjunto de reglas uniforme. Algunas variantes permitían usar las manos y los pies, mientras que otras solo los pies. De hecho, esta divergencia en las reglas es lo que llevó al surgimiento del rugby como deporte separado del fútbol.

En 1863, la creación de la Football Association (FA) en Inglaterra fue el momento clave para la codificación de las reglas del fútbol, tal y como las conocemos hoy en día. Estas «Reglas de Cambridge», redactadas por estudiantes y profesionales, prohibieron el uso de las manos (excepto por el portero) y establecieron los principios básicos de este deporte de equipo.

¿Cómo se forma un equipo de fútbol?

Ahora que ya conocemos la historia de este deporte, podemos centrarnos en la organización y planificación que nos preparan para hacer un equipo único:

  1. Selección de jugadores.

El primer paso para formar un equipo de fútbol es encontrar a los jugadores. No es necesario que todos sean expertos, pero sí deben compartir la pasión por el fútbol y tener ganas de mejorar. Se debe elegir entre 16 y 23 jugadores para cubrir todas las posiciones y posibles recambios.

  1. Designación de posiciones.

Un equipo se divide generalmente en portero, defensas, centrocampistas y delanteros:

El portero necesita reflejos rápidos; los defensas suelen ser fuertes y tácticos; los centrocampistas organizan el juego, mientras que los delanteros deben ser rápidos y con buena capacidad para definir. Lo más importante a la hora de crear un equipo, es saber designar el papel adecuado a cada miembro, por lo que este paso se considera de vital importancia.

  1. ¿Quién será el entrenador?

Cada equipo necesita un líder que coordine las tácticas y los entrenamientos. Es fundamental que el entrenador mantenga la disciplina, motive al equipo y tenga una visión clara de las tácticas a utilizar. También puede gestionar los entrenamientos, dar instrucciones durante los partidos y asegurarse de que todos los jugadores estén alineados en los objetivos del equipo.

  1. Obtención del equipo necesario.

Para jugar al fútbol de manera organizada, se necesitan camisetas, pantalones cortos, medias, balones y, si es necesario, porterías. Lo más recomendable es optar por personalizar el equipo textil con los nombres de los jugadores y los números de cada uno, tal y como nos muestran los profesionales de Compradeporte.com.

  1. Entrenamientos: la clave para mejorar.

Como decimos, el entrenamiento es la clave para mejorar, tanto la condición física como la coordinación del equipo. Aunque se trate de un equipo de principiantes, se recomienda entrenar al menos dos o tres veces por semana.

Estos entrenamientos deben incluir ejercicios físicos, práctica de habilidades individuales (pases, tiros, regates) y tácticas de juego en equipo.

  1. Registro de jugadores en una liga.

Cuando el equipo esté listo, el siguiente paso es inscribirse en una liga o participar en torneos. Dependiendo del nivel de competitividad del equipo, se puede optar a una liga local, o a una regional; eso sí, algunas ligas tienen como requisito que los equipos estén federados, lo que puede suponer un gasto extra.

  1. Dar a conocer el espíritu de equipo.

El éxito de un equipo no solo depende del rendimiento en el campo, sino también de la unión fuera de él. Organizar actividades como cenas o reuniones puede ayudar a fortalecer los lazos entre los jugadores, creando un mayor sentimiento de unión. Además, un buen ambiente fuera del campo se reflejará dentro del juego, mejorando la comunicación y la confianza entre los jugadores.

¿Por qué destaca tanto el fútbol entre otros deportes?

Es importante que sepamos por qué el fútbol destaca sobre otros deportes, y esto tiene una razón clara: tiene una capacidad única para crear un fuerte sentimiento de conexión y unión, tanto dentro del equipo como en la afición que lo sigue. Y es que, formar parte de un equipo de fútbol va más allá de simplemente compartir un objetivo: implica trabajar codo a codo con personas que se convierten casi en familia, donde cada jugador tiene un rol vital para alcanzar el éxito. Esa sensación de unidad, de luchar juntos por una meta común, es lo que hace que el fútbol sea tan especial. De este modo, cuando un equipo logra una victoria, la satisfacción no es solo individual, sino colectiva, y cada jugador siente que su contribución es parte esencial del triunfo.

Por otro lado, la afición también juega un papel clave en este sentido de pertenencia. Ser hincha de un equipo de fútbol es como formar parte de una comunidad global en la que, aunque no juegues en el campo, tu apoyo es fundamental. Los aficionados se identifican profundamente con los colores, la historia y los valores de su equipo, lo que crea una conexión emocional increíblemente poderosa. El fútbol, de esta manera, se convierte en una experiencia compartida, donde tanto los jugadores como la afición se alimentan mutuamente, celebrando juntos las victorias y consolándose en las derrotas.

Y esto es precisamente, lo que lo hace destacar de la manera tan grande que lo conocemos hoy día: la magia de sentirte parte de algo más grande, ya sea dentro del campo, siendo parte del equipo, o desde las gradas, con la afición.

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