Nos ha tocado vivir en una época de la evolución en la que estamos viviendo grandes cambios en nuestro día a día y es que la tecnología avanza a pasos agigantados y nosotros no podemos ser ajenos a ella, dado que, si esto ocurriese, en muy poco tiempo nos quedaríamos fuera de juego y lo que es peor, fuera del mercado laboral. En la actualidad, pero ya desde los últimos años son cada vez más las empresas, con independencia de su tamaño, que están apostando de forma activa por la red y es que son conscientes de que el futuro pasa por aquí. Bien sea a corto, medio o largo plazo, pero todas y cada una de las empresas del mundo van haciendo cambios, van dando pasos para su transformación al mundo digital. Pero más allá de las compañías, la realidad es que esta transformación al mundo digital afecta a todos los sectores e instituciones del planeta y prueba de ello es que la educación actual, tal y como la conocemos ahora mismo, ya se está quedando obsoleta. Ya se estaba quedando hace unos años, pero la realidad es que ahora esta obsolescencia se ha visto acrecentada por el coronavirus.
Más allá de los cambios que nuestra sociedad está viviendo debido a la evolución de las tecnologías y procesos que tenemos, la realidad es que la pandemia del coronavirus nos ha afectado a todos de lleno y, en muchos casos, nuestra capacidad de reacción se ha visto desbordada, por lo que no hemos sabido encontrar una solución a tiempo y hemos tenido que ir improvisando sobre la marcha. Si bien es cierto que nadie, absolutamente nadie en el mundo contaba con que esto pudiese pasar y menos aún tenía previsto un contingente de emergencia para hacer frente a esta situación, la realidad es que todos los países han ido cayendo en las mismas trampas y en los mismos errores. No obstante, el tiempo nos ha ido permitiendo conocer un poco mejor este virus y saber como podemos ir combatiéndolo para que poco a poco podamos ir volviendo a la normalidad de nuestras vidas. Atrás quedan ya los vuelos cancelados, los encierros en nuestros domicilios y otras medidas que se han ido tomando sobre la marcha, mientras que ahora, casi medio año después de que llegase a nuestro país la Covid-19, los ciudadanos tenemos que ir reponiéndonos de los duros golpes que nos ha causado esta pandemia.
En lo que a educación se refiere, la vuelta a las aulas en comunidades como Galicia vendrá con la «nueva normalidad», la cual modificará los hábitos de los alumnos en el recreo, el comedor o el aula, entre otros. Pero más allá de este cambio de hábitos la realidad es que esta situación esconde un verdadero problema y es que nuestra educación se ha ido quedando obsoleta con el paso de los años y solo las escuelas más punteras han sabido reinventarse para adaptarse a las nuevas realidades educativas. Así, muchas escuelas, por no decir que casi todas, han tenido que cerrar en cuanto se decretó el estado de alarma y sus alumnos no pudieron continuar con las clases. Esto se debe a que en pleno año 2020 y con la tecnología como bandera, todavía son muchos los centros educativos que no cuentan con aulas virtuales en las que sus alumnos puedan seguir aprendiendo sin necesidad de asistir físicamente a las aulas.
Si bien es cierto que algunas escuelas han podido seguir impartiendo clases mediante este sistema de aprendizaje online, como la Escola Universitària Formatic Barcelona o muchas universidades de nuestro país, la realidad es que los más jóvenes han visto como sus clases se suspendían sin fecha fija de regreso por culpa de la pandemia. Esto se traduce en que muchas instituciones educativas han de afrontar un gran proceso de transformación que les sirva ya no solo para estar prevenidos ante otra pandemia o una segunda ola de esta, sino que también les sirva para poder ofrecer a sus alumnos una formación de calidad adaptada a los tiempos que corren y que pasa por un campus virtual al que se puedan conectar fácilmente todos los alumnos.
La formación online más allá de la educación reglada
Si bien es cierto que en la educación reglada la formación online no está muy extendida, la realidad es que, en otros ámbitos, esta si que está muy presente. Es el caso de las autoescuelas, las cuales ya desde hace años ofrecen a sus alumnos la posibilidad de realizar test mediante sus propios ordenadores, tablets o teléfonos móviles, así como cada vez son más las empresas que cuentan con portales de formación para sus empleados, los cuales son propios o dependen de una empresa de formación externa que se los ofrece.