El año en el que todavía nos encontramos ha sido el más raro y el más difícil en mucho tiempo. A las complicaciones derivadas de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus se ha unido una crisis económica que han padecido buena parte de las empresas de este país y que, desde luego, ha ocasionado unas pérdidas que han sido realmente grandes y que han terminado con muchos puestos de trabajo. Desde luego, está claro que es una situación que a nadie nos hubiera gustado padecer y que no nos esperábamos el año pasado a estas alturas.
La situación ha sido tan complicada que ha supuesto problemas a nivel laboral entre las empresas, que han tenido que hacer verdaderos malabarismos para tratar de mantener lo más intacta posible su actividad y no convertirse en una víctima más de la situación económica provocada por el virus. Ha habido, durante todos estos meses, muchas dudas con la situación de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs) y con un sinfín de regulaciones que las entidades han tenido que cumplir para no salirse de la legalidad incluso en los momentos tan extraños como en los que nos encontramos.
Una noticia que fue publicada el pasado 3 de abril en la página web de El Correo Web informaba de que, en tal fecha, ya eran 2’6 millones de personas las que sufrían los efectos de los ERTEs en España como consecuencia del confinamiento al que tuvimos que someternos para paliar la primera oleada del coronavirus. Está claro que, con estos datos, era lógico que los emprendedores y también los trabajadores estuvieran asustados. No era para menos. Pero los requisitos legales son de obligado cumplimiento incluso en una situación como la que se presentó en marzo.
Hasta tal punto ha llegado la cosa que incluso el Gobierno pidió a las empresas que cesaran su actividad si detectaban, entre sus trabajadores, un brote de coronavirus. Desde luego, es evidente que todos y todas hemos tenido que andar con pies de plomo en una situación como la actual y que no cabe la menor duda de que vamos a seguir así durante algún tiempo más. Esto, lógicamente, también influye en todo lo que tiene que ver con el cumplimiento de determinadas regulaciones que el Ejecutivo ha venido decretando en los últimos meses para intentar ponerle fin a la pandemia que nos viene asolando.
Las asesorías y gestorías de nuestra geografía echan humo en este 2020 a causa del trabajo extra que ha supuesto una situación como la del coronavirus. Son muchas las pequeñas y medianas empresas que necesitan de estos servicios a causa de la tremenda necesidad de gestionar, del modo más eficiente posible, todos los problemas ocasionados por la pandemia. Desde Martín Laucirica nos han informado de que el volumen de empresas que han acudido hasta ellos en los últimos meses se ha triplicado y que la mayoría de ellas tenía, previamente, serios problemas para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.
Una situación que nos ha puesto a prueba a todos
Es evidente que todo lo que ha venido pasando nos ha pillado de imprevisto y que hemos tenido que ir solucionando «marrones» a medida que iban aconteciendo. La incertidumbre ha marcado el periodo histórico en el que nos encontramos y eso, como es evidente, se ha trasladado en muchos casos a las empresas, que han necesitado los servicios de gestores y asesores para mantener una cierta organización. Desde luego, sin esos servicios, todo hubiera sido mucho más complicado de lo que ya ha sido de por sí.
Está claro que todo lo que ha venido pasando nos tiene que servir para crecer, para ser más fuertes, para seguir luchando en un momento tan complicado. Está claro que no es fácil para nadie, pero solo con el esfuerzo de todos y con la coordinación entre todos los estamentos de la sociedad podremos salir adelante en las mejores condiciones. No siempre vamos a tener tanta incertidumbre como ahora y, como es lógico, vendrán tiempos que serán mejores y que recompensarán todos los esfuerzos que venimos haciendo en los momentos en los que nos encontramos ahora.
España es un país que, como otros muchos, tiene una enorme cantidad de empresas de pequeño y mediano tamaño, que son las entidades que más problemas han tenido para lidiar con esta crisis que nos ha llegado a lo largo del 2020. Para ese tipo de empresas, es lógico pensar que los servicios de gestoría o asesoría son de primera necesidad. Desde luego, de no ser por eso, estamos seguros de que muchas de esas entidades ya habrían tenido que echar el cierre… con todas las consecuencias que eso conlleva.