Revolución tras revolución, el campo de la odontología, esta logrando grandes avances en los últimos años. Desde la revolución en el campo de la ortodoncia hasta el de la implantología, los expertos en resolver los problemas que acucian a las dentaduras, viven en un revival de su profesión, constante. Estos avances, se traducen en mejoras para los pacientes, tratamientos más eficaces y menos invasivos y resolución de problemas que antes, solo estaban al alcance de unos pocos. En definitiva, todos los pasos que da el sector, influyen de manera positiva en los pacientes. Siendo como ha sido siempre, un especialista al que se temía acudir por las molestias y los costes, el paradigma ha ido cambiando. Hoy por hoy, una inmensa mayoría, acude al dentista como quien va a pedir una receta.
Una de los últimos avances dentro del sector, es la regeneración ósea llevada a cabo mediante barreras oclusivas. Como no tenemos mucha idea de lo que quiere decir esto, hemos consultado con los profesionales y amigos de la Clínica Dental Dr. Maroto y Dra. Vellón. Con la información que nos han facilitado, ya sabemos que hacer en el caso de que se nos caiga algún diente.
Puede sonar a catástrofe, pero la pérdida de una pieza dental, es más habitual de lo que parece. Factores como la edad o los traumatismos, pueden desembocar en la falta de una o varias piezas dentales a lo largo de la vida. En el caso de que se de esta circunstancia, lo más conveniente, es reemplazarla lo más pronto posible. Hace unos años, esto era algo impensable para la inmensa mayoría. Hoy, es fácil plantearse el tema de los implantes pues están a la orden del día. Sin embargo, a veces no es posible solucionar el problema de forma inmediata.
En otras ocasiones, sucede que a causa de una periodontitis que no ha sido tratada, la infección se extiende al hueso de soporte y lo va destruyendo de manera progresiva hasta que la pieza, cae.
Independientemente de la causa y los factores que precedan a esa pérdida de la pieza dental, la cuestión es que, tras la pérdida del diente, si este no se sustituye o reemplaza lo antes posible, se pierde el hueso que soporta la pieza.
Esto sucede porque el hueso de la mandíbula, tiene la misión de recibir la presión de la mordida. La presión constante emite una señal biológica que estimula la regeneración y solidificación del hueso. Si se pierde el diente y no se reemplaza, desaparece la presión y, por tanto, se pierde la regeneración reabsorbiéndose.
A consecuencia de esto, cuando el paciente decide ponerse el implante, no queda suficiente hueso para colocar la pieza y que se quede sujeta. Es en ese momento cuando se requiere de técnicas para la regeneración ósea. En este caso, vamos a hablar de las barreras oclusivas que permiten y propician esa regeneración.
Qué son las barreras oclusivas
Básicamente, se trata de un pequeño dispositivo diseñado exclusivamente para cada paciente de forma personalizada, mediante tecnología CAD/CAM. Para su fabricación se utiliza titanio médico, cuyas ventajas superan la de otro tipo de materiales. Estas barreras, ayudan a la regeneración ósea del hueso maxilofacial en la zona tratada. Gracias a su utilización, esta regeneración se torna más eficaz y rápida y se utiliza en los casos en los que el implante por si mismo no es suficiente para facilitar la regeneración.
Una vez se fabrica la barrera a medida, se colocan en la zona a regenerar. Puesto que se trata de un material que no genera rechazo, el proceso de regeneración se acelera.
Lo más habitual hasta el momento, era recurrir a las técnicas de regeneración basadas en el injerto de nuevo tejido óseo y dejar que el mismo se regenere. Este método acarreaba numerosos contras, pues los tratamientos son más largos y cuentan con un mayor riesgo de inflamación e infección.
En cambio, las barreras oclusivas, son seguras. No generan rechazo ni presentan riesgo de infección. Los resultados son muy buenos y se hacen notar en unos cinco a siete meses. Momento en el que ya se pueden practicar los implantes sin problema.
Las barreras oclusivas, permiten una regeneración natural del hueso, sin necesidad de recurrir al injerto y a las largas esperas del procedimiento. Al colocarse en el lugar donde no existe pieza dental, optimizan la mordida y mejoran las opciones de carga en el hueso que aun queda en la mandíbula. De este modo, al colocar la prótesis o implante posterior, estos contarán con una mayor base en la que, “echar raíces”.
Tipos de barreras oclusivas disponibles
Tratar la pérdida del tejido óseo del diente mediante barreras oclusivas es algo que se puede hacer frente a diversas situaciones. Siempre que la pérdida del hueso sea notable y se necesite su regeneración, es recomendable conseguir la formación y regeneración del mismo. De esta manera, la restauración dental y el tratamiento con implantes ofrecerá los resultados deseados. Para colocar una barrera oclusiva, no es importante el número de piezas afectadas. Pueden encontrarse diferentes tipos para cubrir todas las necesidades.
Cuando se requiere favorecer y posibilitar la regeneración ósea de una zona que abarca más de siete piezas dentales, se precisará una barrera oclusiva para arcada completa.
En el caso de que las piezas sean de cuatro a seis, será necesario un diseño que abarque estas piezas. Una barrera oclusiva para media arcada será adecuada. Su fabricación es especifica en función de la anatomía del paciente.
Puede darse la situación de que la regeneración ósea sea necesaria en dos o tres dientes, por lo que el odontólogo, fabricará una barrera oclusiva de dos o tres piezas.
Para los que solo han perdido un diente, pero no cuentan con el hueso suficiente o este se encuentra debilitado, es posible diseñar una barrera oclusiva para una sola pieza que permita la mejora de esa regeneración ósea.
Este tratamiento, es otra muestra más de como avanza, gracias a la tecnología, el sector de la odontología. Indudablemente, los tratamientos dedicados a mejorar nuestra salud bucal, son cada vez, más efectivos y menos invasivos. Poco a poco, las visitas al dentista generan en los pacientes, menos temor.