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Cuestiones a valorar para importar productos a España.

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La importación-exportación es uno de los negocios más antiguos que existen. En determinados periodos históricos ha servido para desarrollar la industria y dinamizar el comercio. Hoy en día sigue siendo una actividad lucrativa si se elige bien el producto.

Fernando montó una empresa de importación cuando dejó el deporte. Después de varias décadas como profesional en el mundo del balonmano, Fernando creó una empresa de distribución de material deportivo para proveer a los clubs.

La idea surgió una tarde, paseando por el barrio barcelonés del Raval, cuando entró a curiosear en un bazar paquistaní. Entre cientos de objetos encontró unas pelotas de cuero de balonmano a un precio irresistible. Los tenderos no sabían el producto que tenían. Lo vendían como pelotas de futbito.

Se acercó al dependiente y le preguntó: “¿Cuántas pelotas de estas tienes? ¿Si me las llevo todas a qué precio me las dejas?” Fernando caviló mentalmente – si las compro a tanto y las coloco un poco más caras, tengo un interesante margen de beneficio. – Acto seguido se puso a regatear con el vendedor y mejoró el precio.

En el último club donde trabajó de entrenador, sabía que andaban escasos de material a la hora de entrenar. Con un par de llamadas y una visita colocó la remesa. Aprovechándose de sus contactos y de los conocimientos que tenía, visitó otros clubs de la comarca. Cada tres días iba al bazar y les encargaba más pelotas de balonmano.

No sé si fue por el cansancio de los dependientes o por su nivel de convicción, consiguió que le pasaran el contacto de los fabricantes. Les envió un e-mail en un rutinario inglés de andar por casa para concertar una entrevista, pues estaba interesado en comprarles balones. La reunión la celebró una madrugada conectado por Skype.

Tenía la sensación de que ni él ni su interlocutor se enteraban de la mitad de lo que estaban diciendo, pero consiguió un proveedor. Invirtió todos sus ahorros en adquirir el primer pedido. Los fabricantes pakistaníes se encargaron del envío.

No sé si por la calidad del producto, por su precio o porque ya lo conocían, no le costó ni una semana colocar el material. Los clubs necesitaban algo más que balones. Investigando por internet descubrió una fábrica en Portugal que le podía confeccionar las equipaciones deportivas para sus clientes, a un precio casi a la mitad de lo que le costaría encargarlas en España. Le fabricaban todo: las camisetas, los pantalones, los chándales, las medias.

Los costes de envío eran menores. No tenía que pagar aranceles, e incluso, haciéndose con una furgoneta, se podía plantar en la fábrica y traer la ropa hasta su casa. Aprovecharía el viaje, cómo no, para conocer en persona a los proveedores.

Su negocio fue prosperando. Ya no solo abastecía a los clubs de la comarca, tenía contacto con muchos de la provincia y con algunas de otras partes del país. Hoy en día, en su catálogo cuenta con varios productos fabricados en distintas partes del mundo. Lo que empezó siendo un juego, se convirtió en su principal actividad profesional.

Al igual que hizo Fernando en su momento, cualquier persona que quiera importar productos a España tiene que plantearse una serie de cuestiones.

  1. Elegir el producto.

En el sector de la importación necesitas investigar tanto el mercado internacional como el nacional. El internacional para descubrir oportunidades. Productos que están bien de precio y con una buena calidad que puedes traer a España. En este sentido, Internet es una estupenda fuente de información. Otra vía por la que descubrir productos interesantes es visitar las Ferias Internacionales de comercio. En ella se presentan las novedades y se tiene acceso directo al productor.

Una vez seleccionado un producto hay que testearlo en el mercado nacional. Ver si tiene salida. Qué clientes potenciales tiene y analizar el nivel de competencia en el sector.

Todos los productos no se pueden importar. La Unión Europea exige unos estándares mínimos de calidad para vender productos de otras partes del mundo en Europa. Según la Comisión Europea, estos son los tipos de mercancías que se enfrentan a unos mayores niveles de restricción:

  • Productos agrícolas.
  • Medicamentos.
  • Productos químicos.
  • Siderurgia.
  • Bienes culturales.
  • Textil.
  • Armas.
  • Copias ilegales, piratería.
  • Publicaciones pornográficas en cualquiera de sus formatos.
  • Residuos.
  • Animales y plantas vivas.

Si se va a trabajar con estos productos, es necesario consultar antes las normas específicas para su importación e importar siempre productos certificados.

  1. Establecer un buen acuerdo con el proveedor.

En este sentido, hay que asegurar un suministro estable y de calidad del producto, y dejar claras las condiciones de la transacción. Quién se encarga del envío y cómo se asume el pago de tasas y aranceles.

Para ello se emplean los Icoterms (International Commercial Terms) Términos Internacionales en los que se establecen las relaciones de compra-venta entre empresas de diferentes países.

Se trata de unos estándares que fijan las responsabilidades de cada una de las partes en estas operaciones. Los establece la Cámara de Comercio Internacional (CCI) y se revisan cada 10 años.

Se denominan con tres letras, y hacen referencia sobre todo a las condiciones del transporte y a las responsabilidades fiscales. Abordan quién se hace cargo de los gastos de transporte, la entrega, los seguros y los trámites aduaneros.

Tres ejemplos de Icoterms muy utilizados son el EXW, en el que el comprador debe recoger la mercancía en las instalaciones del vendedor, fábrica o almacén, y se hace cargo del transporte, de los seguros y de la gestión aduanera; el CPT, en el que el vendedor se encarga de llevar la mercancía al país de destino, cuando la mercancía está en manos del transportista, el riesgo pasa al comprador; o el FOB, muy utilizado en el tráfico marino, el productor embarca la mercancía en un buque y el comprador la desembarca y la recoge en un puerto acordado.

  1. La logística.

Una vez elegido el producto y establecido el acuerdo con el proveedor, como nos dicen los operadores de Transportes Internacionales, una empresa del sector con sede en Madrid, es fundamental establecer las rutas y el medio de transporte más adecuado para que la mercancía llegue en perfectas condiciones a su destino.

Es un asunto de capital importancia, con él reducimos los costes de transporte y almacenamiento y nos aseguramos un mayor margen comercial.

De esta tarea se encargan empresas especializadas, que operan en distintas partes del mundo y que tienen acuerdo de colaboración con empresas homólogas de otros países.

Las compañías de Transporte Internacional se ocupan además de toda la tramitación aduanera y de elaborar los documentos necesarios para asegurar el paso del envío por los diferentes puestos de control fronterizos.

A menudo las mercancías necesitan estar almacenadas adecuadamente para facilitar las distintas fases del envío. Esto se hace en lugares distintos al punto de fabricación. Por ejemplo, en naves cercanas al medio de transporte (puertos o aeropuertos) o del punto de entrega, centros logísticos en el centro del país que permiten su distribución por todo el territorio nacional.

Dependiendo del tipo de mercancía se requieren unas condiciones u otras. Hay productos que deben mantener la cadena de frío para conservarlos, otros más frágiles que necesitan un almacenamiento más delicado y otros perecederos, en el que el transporte se debe hacer en poco tiempo.

  1. Los aranceles.

La importación de bienes fabricados fuera de la Unión Europea implica el pago una serie de tasas y aranceles. Como nos informa la Organización de Consumidores y Usuarios OCU, los bienes con un precio inferior 150 € están exentos del pago de aranceles, pero no así de tasas.

En la Unión Europea se aplican 4 tipos de aranceles:

  • Ad Valorem o de valor agregado. Es un porcentaje que se aplica sobre el precio del producto o sobre el valor de aduana (coste + seguros + transporte)
  • Específico. Es un impuesto que se aplica en función de la cantidad de unidades que llegan al país, con independencia de su precio.
  • Arancel Mixto. Es una combinación de los dos anteriores. Tiene una parte fija por unidad y otra parte por precio del producto.
  • Arancel Cero. Es un tipo de arancel que se aplica entre dos o más países para favorecer la circulación de mercancías entre ellos. Es, por ejemplo, el que se mantiene todavía con el Reino Unido después del Brexit.

No existe un porcentaje fijo para aplicar los aranceles. Este depende del tipo de mercancía. Tenemos desde el arancel general, que representa un 2,6% del precio del producto, hasta un 17% que tienen algunos artículos de calzado y de ropa.

Los aranceles se pagan en el momento en el que la mercancía pasa por la aduana. Si no se abonan los impuestos arancelarios, la autoridad aduanera retiene la mercancía, pudiéndola devolver al remitente, si pasa mucho tiempo confiscada, e incluso destruirla.

Como en toda actividad comercial, para importar productos a España, debemos calcular muy bien los costes, valorar el tiempo y esfuerzo que nos costará vender la mercancía y calcular nuestro margen de beneficio.

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