Lo de tener padres que tengan una edad elevada es siempre una bendición porque siempre te pueden seguir dando su amor y su experiencia. Ojalá nunca me falten porque lo son todo para mí. No tengo en problema en reconocer que todo lo que sé se lo debo a mi padre. Algo que ahora no se lleva. Un hombre que pese a no tener estudios, siempre se preocupó de adquirir conocimientos. ¿Cómo? Pues recuerdo que cuando era pequeño siempre había una enciclopedia en mi casa que mi padre consultaba cuando tenía duda. Era el mejor reclamo cuando yo tenía que hacer un trabajo para el colegio.
Y es que hace años, hablo de los años 80 y comienzos de los 90, no había Internet ni la famosa Inteligencia Artificial que ahora hace que todos los escolares apenas sepan lo que es el esfuerzo y el sacrificio de hacer un simple trabajo. Y es lo que tiene estar criando a borregos. Pero además, mi padre siempre compraba los fines de semana el periódico con todos los suplementos. En esa época en la que el periodismo en papel era símbolo de calidad y de prestigio. Pues bien, pasaron los años y es ahora este hijo el que tiene que hablar y hacerle entender algunas cosas a mi padre.
Y es que para él, el mundo va muy rápido. Y le entiendo, porque para nuestra generación es fácil entender algunos cambios, pero para él, al igual que para mi madre, no. Por eso, la última conversación que he tenido con él fue sobre la implantación de la Zona de Bajas Emisiones en las ciudades. Como suele pasar cada X tiempo, los medios de comunicación bombardean con un tema que posteriormente queda en el alero. Pasa con temas políticos, con accidentes, con catástrofes naturales o con enfermedades. Pues bien, mi padre, mi pobre padre, anda bastante preocupado con esta situación, porque no sabe si podrá entrar en el centro de las ciudades con su coche. Así que si os puede servir de ejemplo, os reproduzco la conversación que mantuve con él para entender mejor esta situación que muy pronto volverá a ser noticia para todos los medios de comunicación.
“Papá, ¿has oído hablar de las Zonas de Bajas Emisiones?
Sí, algo he escuchado en la televisión, pero cuéntame más sobre eso porque creo que va a ser un rollo como todas las cosas nuevas.
Así comenzó mi conversación.
Yo le he explicado a mi padre que las ZBE, que es como lo puedes ver en muchos sitios, son áreas específicas en las grandes ciudades donde se restringe la circulación de vehículos altamente contaminantes. Esto se hace, papá, reducir la contaminación del aire y mejorar la calidad del aire en la ciudad. Así de fácil.
Mi padre puso cara de póker y por supuesto dijo que era otro invento para sacar “cuartos”, así lo llama él. Y bueno, la verdad es que en algunos aspectos no le falta razón. ¿Y quiénes van a poder pasar? Fue su pregunta.
Pues, papá, le responde. Principalmente según el tipo de combustible que utilizan y la cantidad de emisiones que generan. Por ejemplo, los vehículos diésel antiguos y los que no cumplen con ciertos criterios de emisiones son los que no van a poder entrar al centro ya. Y es aquí donde le puse de ejemplo el coche de su hermano Paco, que todavía tiene una Renault Express, ya que ha sido repartidor toda su vida.
Estos no van a poder entrar
¿Y qué coño va a pasar entonces?, volvió a preguntar mi padre.
Pues que ese tipo de coches que no cumplan con las exigencias, tendrán que pagar una tarifa extra o directamente no podrán circular. De hecho, papá, en algunas ciudades ya han empezado a poner multas para aquellos vehículos que no cumplan con las normas.
Es aquí cuando le conté a mi padre que ahora mismo las ciudades están apostando mucho por esto, incluso las ciudades gobernadas por la derecha, y que las empresas de tecnología están a tope con ello. Por ejemplo no sabía que ahora mismo hay sistemas electrónicos, como el de la empresa Discover Elite, que tiene unas cámaras que tienen un control de vehículos en movimiento se detectan los no autorizados en zonas Restringidas: Autorizados, Residenciales, Zona de Bajas Emisiones, etc.
“Lo que te decía, un sacacuartos”, me dijo mi padre.
Pues sí padre, ya te digo que va a afectar a muchas personas, pero creo que a largo plazo es una medida necesaria para cuidar el medio ambiente y para la salud de las personas, le contesté.
“Un sacacuartos, hijo, un sacacuartos”.
Y aquí terminó la conversación con mi padre. Por supuesto no os dije al principio que mi padre es una persona muy cabezota, aunque en ocasiones no le falta razón.